sábado, 4 de marzo de 2017

JOAQUÍN COSTA. LA CUESTIÓN SOCIAL Y LA TIERRA.

 El pueblo gime en la misma servidumbre que antes, la libertad no ha penetrado en su hogar, su  mísera suerte no ha cambiado en lo más mínimo, como no sea para empeorar, (...) el régimen liberal ha hecho bancarrota. ¿Y sabéis por qué? Porque esa libertad no se cuidaron más que de escribirla en la “Gaceta”, creyendo que a eso se reducía todo; porque no se cuidaron de afianzarla dándole cuerpo y raíz en el cerebro y en el estómago; en el cerebro, mejorando y universalizando la instrucción, en el estómago, promoviendo una transformación honda de la agricultura, que la haga producir doble que al presente y disminuya el precio de las subsistencias, y, mediante la difusión de la propiedad territorial, elevando a los braceros a la condición de terratenientes. 
 Se contentaron con la sombra, olvidando la verdadera sustancia de la libertad y su verdadera 
garantía, que se hallan en la escuela y en la despensa; y el fracaso era inevitable. No vieron que la  libertad sin garbanzos no es libertad. No vieron que por encima de todas las Constituciones y de todos los derechos individuales y de todas las urnas electorales, el que tiene la llave del estómago tiene la llave de la conciencia, y, por tanto, que el que tiene el estómago dependiente de ajenas despensas no puede ir a donde quiere, no puede hacer lo que quiere, no puede pensar como quiere; no puede el día de las elecciones votar a quien quiere; no reflexionaron que le que no sabe es como el que no ve, y que el que no ve tiene que ir conducido por un lazarillo a donde el lazarillo quiere llevarle, que raras veces es a donde el ciego le conviene, que casi siempre es donde le conviene al lazarillo (…). Esto lo vieron claramente los hombres de Estado de 1873, preocupándose tanto como de la reforma política, de la reforma social cuando todavía podía ser razón de que fructificase pacífica y evolutivamente, sin los grandes transtornos y conmoción que ahora nos amenazan y que empiezan a alarmar a todos los partidos (…) 

                     COSTA, Joaquín. La cuestión social y la tierra. 1902
















Este texto está extraído del libro de Joaquín Costa  La cuestión social y la tierra, escrito en el año 1902. Tiene un cierto carácter político aunque también con contenidos sociales, económicos e ideológicos. Este texto se trata de una fuente primaria ya que fue redactado en el momento o época en la que sucedió lo que nos cuenta el propio texto.

El texto está situado en la segunda etapa de la Restauración (1902-1923) que se inicia con el reinado de Alfonso XIII en el año 1902. Tras el desastre del 98 el país vive una crisis de conciencia nacional que se expresa a través del regeneracionismo. El regeneracionismo es una corriente política y cultural que se manifiesta  en los últimos años del siglo XX, en parte como reacción al Desastre del 98. Los principios básicos de esta corriente se centran en la regeneración y limpieza de la vida política, la democratización del sistema caciquil, la difusión de la educación y una política de Estado que favorezca el desarrollo económico y ña distribución equitativa de las rentas.
Por otra parte, la política también estaba contagiada del espíritu generacionista que se había extendido por todo el país. Tras la muerte de los creadores de los partidos dinásticos (Cánovas, en 1897, y Sagasta, en 1903), empezó la etapa protagonizada por una generación de políticos que estaba influida por el regeneracionismo. 

El autor de este texto  es Joaquín Costa (1846-1911), principal representante del regeneracionismo. Nació en Monzón (Huesca), fue político, economista,  jurista e historiador, además de ser también un experto en cuestiones relacionadas con la agricultura. Arremetió contra el sistema de la Restauración del turno de partidos, al tiempo que se convertía en el representante de las reveindicaciones campesinas. Criticó la situación de decadencia  y falta de modernización de España y propuso como alternativa el desarrollo económico y cultural para salir de esa situación. Una de sus frases más célebres sintetiza su pensamiento ("Despensa, escuela y cien llaves al sepulcro del Cid"). Su obra tuvo una gran repercusión en España. En 1905 se retira para instalarse en Graus, donde murió el 8 de Febrero de 1911.

La idea principal del texto se podría sintetizar con el lema "Escuela y despensa", es decir, la idea principal que trata el texto es solucionar la miseria física del hambre y el abandono de las masas de analfabetismo. Joaquín Costa lanza una crítica a un sistema en crisis y centra sus apuntes en la incapacidad del liberalismo para sacar al pueblo de la misma servidumbre que antes. Podemos  encontrar una crítica al régimen liberal porque se implantó supuestamente en nombre de la libertad y  del "pueblo" mediante golpes militares y guerras y se mantenía mediante la corrupción electoral, o lo que es lo mismo, mediante el amañamiento de los votos; había dejado al pueblo en la miseria material del jornalerismo masivo con la desamortización; tenía a más de la mitad de la población en el analfabetismo; había hecho imposible el desarrollo económico al dejar sin medios a una gran masa social, porque el principal factor de desarrollo económico es la población, si tiene un mínimo de medios materiales y culturales.

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