viernes, 31 de marzo de 2017

Trabajo: RODRIGO DÍAZ DE VIVAR Y SU TIEMPO.




1. ELECCIÓN.

La elección de uno de los dos personajes propuestos por el profesor, Avicena o Rodrigo Díaz de Vivar, no me ha costado demasiado. Primeramente he buscado información general sobre ambos y después he procedido a elegir el último de los dos personajes propuestos. He hecho esta elección ya que Rodrigo Díaz de Vivar es un personaje más cercano a nuestra historia y también porque es característico en nuestra literatura y, por lo tanto, no me ha costado demasiado elegirlo para elaborar este trabajo.

2. FUENTES.



3. SÍNTESIS.



Rodrigo Díaz de Vivar, más conocido como el Cid, nació en Vivar del Cid (Burgos) en el año 1048 y murió en el año 1099. Fue un caballero castellano que llegño a dominar al frente de su mesnada el Levante de la Península Ibérica a finales del siglo XI de forma autónoma.

Consiguió conquistar Valencia y estableció en esta ciudad un señorío independiente desde el 17 de Junio de 1094 hasta su muerte; Jimena, su esposa, lo heredó y lo mantuvo hasta 1102, año en el que pasó a formar parte del dominio musulmán otra vez.

A lo largo de su vida se puso al cargo de diferentes caudillos, tanto cristianos como musulmanes luchando realmente como su propio amo y por su propio beneficio.

Es hijo de Diego Laínez, descendiente del semilegendario Laín Calvo, quedó huérfano a tierna edad y fue educado junto al infante Sancho, hijo del rey Fernando I de Castilla y León, quien, al acceder al trono castellano, lo nombró alférez real (1065). Hacia 1066, el prestigio de Rodrigo Díaz se vio notablemente incrementado a raíz de su victoria en el combate singular que mantuvo con el caballero navarro Jimeno Garcés, para dirimir el dominio de unos castillos fronterizo que se disputaban los monarcas de Castilla y Navarra; el triunfo le valió el sobrenombre de Campeador.

Como jefe de las tropas reales, Rodrigo participó en la guerra que enfrentó a Sancho II de Castilla con su hermano Alfonso VI de León, quien, derrotado en las batallas de Llantada (1068) y Golpejera (1072), se vio obligado a buscar refugio en la corte musulmana de Toledo. El destino, sin embargo, quiso que Sancho II muriera en 1072, cuando intentaba tomar Zamora, con lo que Alfonso VI se convirtió en soberano de Castilla y León.

El nuevo monarca no sólo no manifestó resentimiento hacia el Campeador, sino que, consciente de la valía de sus servicios, lo honró concediéndole la mano de su sobrina, doña Jimena, con quien casó en julio de 1074. No obstante, unos años después, en 1081, una inoportuna expedición a tierras toledanas sin el premiso real, que puso en grave peligro las negociaciones emprendidas por Alfonso VI para obtener la emblemática ciudad de Toledo, provocó su destierro de Castilla y la confiscación de todas sus posesiones.

Acompañado de su mesnada, el Campeador ofreció sus servicios primero a los condes Ramón Berenguer II y Berenguer Ramón II de Barcelona, pero, al ser rechazado, decidió ayudar a al-Muqtadir, rey de Zaragoza, en la lucha que mantenía con su hermano al-Mundir, rey de Lérida, Tortosa y Denia, quien contaba con el apoyo de los condes de Barcelona y del monarca Sancho I Ramírez de Aragón.

Al servicio de al-Muqtadir, venció en Almenar a Berenguer Ramón II (1082) y cerca de Morella a al-Mundir y el soberano aragonés (1084). Durante este período fue cuando recibió el sobrenombre de Cid, derivado del vocablo árabe sid, que significa señor.

En 1086, la derrota de Alfonso VI frente a los almorávides en Sagrajas propició la reconciliación del monarca con Rodrigo Díaz, quien recibió importantes dominios en Castilla. De acuerdo con el soberano castellanoleonés, el Cid partió hacia Levante, donde, entre 1087 y 1089, hizo tributarios a los monarcas musulmanes de las taifas de Albarracín y de Alpuente e impidió que la ciudad de Valencia, gobernada por al-Qadir, aliado de los castellanos, cayera en manos de al-Mundir y Berenguer Ramón II. En 1089, sin embargo, una nueva disensión con Alfonso VI provocó su definitivo destierro de Castilla, acusado de traición por el rey. Rodrigo decidió regresar al oriente peninsular, se convirtió en protector de al-Qadir y derrotó una vez más a Berenguer Ramón II en Tévar (1090).

Muerto su protegido, decidió actuar en interés propio, y en julio de 1093 puso sitio a Valencia, aprovechando el conflicto interno entre partidarios y opuestos a librar la ciudad a los almorávides. El 15 de junio de 1094, el Cid entró en Valencia y organizó una taifa cristiana que tuvo una vida efímera tras su muerte, acaecida el 10 de julio de 1099. Doña Jimena, su viuda y sucesora, con la ayuda del conde Ramón Berenguer III de Barcelona, casado con su hija María en 1098, consiguió defender la ciudad hasta el año 1101, en que cayó en poder de los almorávides.


4. COMENTARIO HISTÓRICO PERSONAL.

En mi punto de vista, Rodrigo Díaz de Vivar ha sido uno de los personajes de la historia y literatura española más destacados durante mucho tiempo. Tras ser un personaje de la historia española, se plasmó su historia en la literatura, escribiendo El cantar del Mio Cid en el año 1200. Se trata de la primera obra narrativa extensa de la literatura española y el único cantar épico de la misma conservado casi completo; solo se han perdido la primera hoja del original y otras dos en el interior del códice, aunque el contenido de las lagunas existentes puede ser deducido de las prosificaciones cronísticas, en especial de la Crónica de veinte reyes. Además del Cantar de Mio Cid, los otros tres textos de su género que han perdurado son: las Mocedades de Rodrigo, con 1700 versos; el Cantar de Roncesvalles, un fragmento de unos 100 versos; y una corta inscripción de un templo románico, conocida como Epitafio épico del Cid.
Podemos destacar esculturas que están hoy presentes en honor tanto como a el Cid como a su mujer, Doña Jimena. Citaré dos lugares donde podemos encontrar estatuas que van en honor al Cid Campeador y uno donde se encuentran estatuas de su mujer, Doña Jimena Díaz.

Monumento al Cid Campeador, Sevilla.
Fue un regalo de la Sociedad Hispánica de América a España con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929. El fundador de dicha sociedad era Archer Milton Huntington, que estaba casado con la escultora Anna Hyatt Huntington. Ella estaba apasionada por la historia y cultura de España y había visitado Sevilla durante prolongadas estancias.

La idea de que la Hispanic Society donara un monumento para la Exposición hispalense debió venir de la buena relación que mantenía el matrimonio Hungtington con algunos organizadores de la muestra como Vicente Traver o el escultor Mariano Benlliure. A principios de diciembre de 1927 el Ayuntamiento encargó a Benlliure la elección de una ubicación. Se decidió colocarla junto a la glorieta de San Diego, en una avenida que desde 1920 estaba rotulada como avenida del Cid.

En 1927 la autora realiza una escultura como prototipo que se encuentra en Brookgreen Gardens, Carolina del Sur. El mismo año creará la estatua para Sevilla. Según la autora, Alfonso XIII le dijo sobre Babieca, el caballo del Cid:
"Yo siempre quise saber qué clase de caballo cabalgaba el Cid. Ahora, al ver el que usted modeló, coincido con usted en que éste es el único caballo digno de haber sido montado por el héroe castellano."


Estatua del Cid, Burgos.
La obra se realiza en bronce con una altura aproximada de cuatro metros, izada sobre un pedestal de planta cuadrangular (5´2 x  4´7 x 6´3 m.) y conformado por distintos materiales: el zócalo de granito gris, el cuerpo central de granito rosáceo y  la parte superior se remata con piedra caliza, todo ello impregna al conjunto un relevante cromatismo contrastando con el pardo metal de la escultura.
La obra fue inaugurada por el jefe del estado de la época; General Francisco Franco, un 23 de Julio de 1955 siendo por aquel entonces alcalde de la ciudad Florentino Díaz Reig.
La imagen ecuestre con Babieca como montura, posee una actitud de partida hacia el destierro, y completa ésta, las ocho figuras cidianas que simbólicamente le acompañan a lo largo del puente San Pablo justo delante.

En cada uno de sus costados lleva escritos unos pequeños fragmentos.



Costado derecho:
El Campeador llevando
consigo siempre la Victoria
fue por su nunca fallida
clarividencia
por la prudente firmeza
de su carácter y por su
heroica bravura
un milagro de los grandes
milagros del Creador.


Costado izquierdo:
Año 1099 : en España
dentro en Valencia murió
el Conde Rodrigo Díaz.
Su muerte causó el más
grave duelo
en la Cristiandad
y gozo grande entre
sus enemigos.





La única estatua que podemos encontrar de Doña Jimena Díez se encuentra en Burgos.



Estatua de Doña Jimena Díaz, Puente de San
Pablo, Burgos.







Jimena Díaz (antes del 24 de Julio de 1046  - probablemente en 1116 ) fue la esposa de Rodrigo Díaz el Campeador, con quien contrajo matrimonio entre julio de 1074 y el 12 de mayo de 1076, a la muerte del Cid, señora de Valencia entre 1099 y 1102.





sábado, 4 de marzo de 2017

JOAQUÍN COSTA. LA CUESTIÓN SOCIAL Y LA TIERRA.

 El pueblo gime en la misma servidumbre que antes, la libertad no ha penetrado en su hogar, su  mísera suerte no ha cambiado en lo más mínimo, como no sea para empeorar, (...) el régimen liberal ha hecho bancarrota. ¿Y sabéis por qué? Porque esa libertad no se cuidaron más que de escribirla en la “Gaceta”, creyendo que a eso se reducía todo; porque no se cuidaron de afianzarla dándole cuerpo y raíz en el cerebro y en el estómago; en el cerebro, mejorando y universalizando la instrucción, en el estómago, promoviendo una transformación honda de la agricultura, que la haga producir doble que al presente y disminuya el precio de las subsistencias, y, mediante la difusión de la propiedad territorial, elevando a los braceros a la condición de terratenientes. 
 Se contentaron con la sombra, olvidando la verdadera sustancia de la libertad y su verdadera 
garantía, que se hallan en la escuela y en la despensa; y el fracaso era inevitable. No vieron que la  libertad sin garbanzos no es libertad. No vieron que por encima de todas las Constituciones y de todos los derechos individuales y de todas las urnas electorales, el que tiene la llave del estómago tiene la llave de la conciencia, y, por tanto, que el que tiene el estómago dependiente de ajenas despensas no puede ir a donde quiere, no puede hacer lo que quiere, no puede pensar como quiere; no puede el día de las elecciones votar a quien quiere; no reflexionaron que le que no sabe es como el que no ve, y que el que no ve tiene que ir conducido por un lazarillo a donde el lazarillo quiere llevarle, que raras veces es a donde el ciego le conviene, que casi siempre es donde le conviene al lazarillo (…). Esto lo vieron claramente los hombres de Estado de 1873, preocupándose tanto como de la reforma política, de la reforma social cuando todavía podía ser razón de que fructificase pacífica y evolutivamente, sin los grandes transtornos y conmoción que ahora nos amenazan y que empiezan a alarmar a todos los partidos (…) 

                     COSTA, Joaquín. La cuestión social y la tierra. 1902
















Este texto está extraído del libro de Joaquín Costa  La cuestión social y la tierra, escrito en el año 1902. Tiene un cierto carácter político aunque también con contenidos sociales, económicos e ideológicos. Este texto se trata de una fuente primaria ya que fue redactado en el momento o época en la que sucedió lo que nos cuenta el propio texto.

El texto está situado en la segunda etapa de la Restauración (1902-1923) que se inicia con el reinado de Alfonso XIII en el año 1902. Tras el desastre del 98 el país vive una crisis de conciencia nacional que se expresa a través del regeneracionismo. El regeneracionismo es una corriente política y cultural que se manifiesta  en los últimos años del siglo XX, en parte como reacción al Desastre del 98. Los principios básicos de esta corriente se centran en la regeneración y limpieza de la vida política, la democratización del sistema caciquil, la difusión de la educación y una política de Estado que favorezca el desarrollo económico y ña distribución equitativa de las rentas.
Por otra parte, la política también estaba contagiada del espíritu generacionista que se había extendido por todo el país. Tras la muerte de los creadores de los partidos dinásticos (Cánovas, en 1897, y Sagasta, en 1903), empezó la etapa protagonizada por una generación de políticos que estaba influida por el regeneracionismo. 

El autor de este texto  es Joaquín Costa (1846-1911), principal representante del regeneracionismo. Nació en Monzón (Huesca), fue político, economista,  jurista e historiador, además de ser también un experto en cuestiones relacionadas con la agricultura. Arremetió contra el sistema de la Restauración del turno de partidos, al tiempo que se convertía en el representante de las reveindicaciones campesinas. Criticó la situación de decadencia  y falta de modernización de España y propuso como alternativa el desarrollo económico y cultural para salir de esa situación. Una de sus frases más célebres sintetiza su pensamiento ("Despensa, escuela y cien llaves al sepulcro del Cid"). Su obra tuvo una gran repercusión en España. En 1905 se retira para instalarse en Graus, donde murió el 8 de Febrero de 1911.

La idea principal del texto se podría sintetizar con el lema "Escuela y despensa", es decir, la idea principal que trata el texto es solucionar la miseria física del hambre y el abandono de las masas de analfabetismo. Joaquín Costa lanza una crítica a un sistema en crisis y centra sus apuntes en la incapacidad del liberalismo para sacar al pueblo de la misma servidumbre que antes. Podemos  encontrar una crítica al régimen liberal porque se implantó supuestamente en nombre de la libertad y  del "pueblo" mediante golpes militares y guerras y se mantenía mediante la corrupción electoral, o lo que es lo mismo, mediante el amañamiento de los votos; había dejado al pueblo en la miseria material del jornalerismo masivo con la desamortización; tenía a más de la mitad de la población en el analfabetismo; había hecho imposible el desarrollo económico al dejar sin medios a una gran masa social, porque el principal factor de desarrollo económico es la población, si tiene un mínimo de medios materiales y culturales.